El paracaidismo es la técnica de lanzamiento de seres humanos u objetos desde cierta altura usando
un paracaídas para amortiguar el impacto del aterrizaje.
Se puede realizar desde cualquier aeronave como un avión, helicóptero, globo aerostático o desde un
objeto fijo. Esta última es considerada la modalidad de salto BASE por sus siglas en inglés En algunos
casos el paracaídas es abierto inmediatamente al salir de la aeronave u objeto fijo y en otros casos se
realiza una caída libre controlada antes de realizar la apertura manual o asistida dependiendo del caso
Equipo:
Para saltar de una aeronave, cada paracaidista lleva dos paracaídas: uno principal y uno de reserva que
se encuentra dentro de uno o dos contenedores cosidos a un arnés. Los contenedores pueden ubicarse
en la espalda, en el pecho o también se pueden poner tipo asiento o sobre el regazo. Adicionalmente,
los paracaídas pueden usar un sistema de apertura automática de emergencia, el cual se ha hecho de
Se recomienda el uso de gafas y altímetro. Si el paracaidista lo requiere, puede usar casco, braga o
traje, guantes, zapatos o botas especialmente para operaciones aerotransportadas. Para saltos a
grandes alturas se usa una máscara conectada a cilindros con aire similar a las usadas por los buzos.
Los paracaídas pueden ser redondos o rectangulares. Los paracaídas redondos tienen una navegación
parcial o nula, ya que solo se usan para transportar personas u objetos a destino. En el caso de los
paracaídas rectangulares presurizados tipo ram air, una vez abiertos, el practicante puede controlar la
dirección y la ruta de caída con los conductores. Dichos paracaídas funcionan igual que el ala de un
avión, pero solo pueden planear en descenso.
Historia:
El primer intento conocido de lanzarse en paracaídas tuvo lugar en Córdoba (España), en el año 852,
con éxito parcial, ya que Abbás Ibn Firnás, el hombre que saltó, sufrió algunas heridas al caer.1 El uso
del paracaídas también fue sugerido por Leonardo da Vinci cuando vivía en Milán. A lo largo de la
historia existieron muchos otros intentos fallidos, sin embargo el primer paracaídas práctico fue
inventado en 1783 por el francés Louis-Sébastien Lenormand. En 1785 el aeronauta francés Jean Pierre
Blanchard dejó caer un perro equipado con un paracaídas desde un globo y en 1793 aseguró haber
realizado el primer descenso humano con éxito utilizando un paracaídas. En adelante, los paracaídas se
convirtieron en un elemento habitual del equipamiento de los pasajeros en los globos aerostáticos y
después de la Primera Guerra Mundial se adoptaron como sistemas de seguridad para los pilotos y los
pasajeros de los aviones.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los ejércitos generalizaron el uso de los paracaídas equipando
tropas especializadas que eran lanzados en zonas situadas detrás de las líneas del enemigo desde
aviones de transporte. A menudo la altura de vuelo era relativamente baja y los paracaídas estaban
diseñados para abrirse automáticamente al salir de la aeronave mediante cintas que unen la estructura
del mismo con el sistema de apertura del paracaídas. En la mayoría de los conflictos bélicos posteriores,
los paracaídas se han utilizado para dejar caer equipamiento pesado como tanques, camiones y
cañones. La copa o el toldo de tela de un paracaídas de equipo pesado puede llegar a medir hasta 30
metros de diámetro.
En la década de 1970, el paracaidismo deportivo se hizo muy popular gracias a un sistema de liberación
rápida del paracaídas principal basado en los tres anillos o aros, diseñado por el ingeniero Bill Booth,2
que permitía a cualquiera usarlo.
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